Hace unos días, un buen amigo me hizo llegar un viejo sello con el logotipo de un antiguo establecimiento de Llanes.
Se trataba del Hotel Crumar, que inauguraron, en los años cuarenta del pasado siglo, dos llaniscas, María Pría y María Cruz Barrero. Esta última era conocida con el apodo de Cucú, y luego tendría una tiendina en lo que hoy conocemos como la Plaza de los Bandos.
Dicho hotel estaba en el emblemático edificio de “Las Siete Puertas” y el nombre recogía las iniciales de las dos propietarias.
Sabemos que el Crumar gozó de mucha popularidad, sobre todo en los veranos, recibiendo visitantes de todas partes, primordialmente de Madrid.
Desgraciadamente, cerró sus puertas, por divergencias entre María y Cucú, en los años cincuenta.
El Crumar, al no tener entonces Llanes demasiados visitantes, fue uno de los pocos hoteles que en aquella época existían en la villa.
Entre aquellos pioneros que vieron que Llanes se convertiría en un importante núcleo veraniego, podemos recordar el Miramar, ubicado en un chalet en San Antón, que solo estaba abierto en verano y dirigía Otilia Sordo Pesquera. Era tranquilo y señorial, y en él veranearon personalidades de la cultura y el arte, como Fernando Vela, Gregorio Corrochano, Luis Martínez Kleiser…
También, el Hotel Victoria, modélico y famoso en todo el Oriente de Asturias. Lo habían fundado Juan Martínez y su esposa Francisca, conocida como Doña Quica, la cual, además de un gran cocinera, hacía caridades calladas y eficaces.
Otro de los grandes hoteles fue El Paraíso, que en 1988 se reedificó y modernizó y se abrió de nuevo al público bajo la dirección de Antonio Ampudia y con la denominación Gran Hotel Paraíso. El antiguo Paraíso, gobernado con gran dedicación por Florentino García del Busto y su esposa María Dolores Quesada Noriega, se había inaugurado en los años 20, antes, en los comienzos del séptimo arte, funcionó como el Salón Pradera, propiedad de los hermanos Sierra. Destacaba su restaurante con un gran comedor que tenía las paredes adornadas con artísticos espejos.
En esta lista no nos podemos olvidar del Hotel México, en cuyos jardines se celebraban las kermesses del Bando de San Roque. Anteriormente, había sido el sanatorio de los hermanos García Gavito y sede del Colegio de Segunda Enseñanza La Encarnación.
Y por último el muy querido Hostal Peñablanca inaugurado en 1954, siendo su director y propietario un indiano de Purón, Aniceto Fernández, que lo mantuvo en unión de su esposa, Mercedes Cotera, hasta pocos meses antes de su fallecimiento en el año 2004. Celebraba toda clase de eventos sociales y culturales, y también cena-cotillón de fin de año,en el que no faltaba una gran orquesta.
Releo lo escrito y me vienen a la cabeza unas palabras del escritor Ángel Pola, que me permito recoger.”En los establecimientos de Llanes el comercio tenía un sentido que no volverá a tener, pues la idea de lucro estaba disminuida, soterrada y envuelta por la nobleza y el desinterés. Para el espíritu de aquellas gentes no existía el negocio, sino una función cordial”.
Fuente, “El Oriente de Asturias”
Maiche Perela Beaumont
Imagen, Valentín Orejas
Muy buenos y helados días, Rostrazul.
Con este comentario me ha dejado con la boca abierta…Y no tanto por las rimas, a las cuales nos tiene acostumbrado, sino por su conocimiento de Llanes..Si hasta sabe que el edificio de las siete puertas tiene balcones a la calle Mayor y a Mercáderes…¡Asombroso!. Solo le faltaba saber que delante del mismo estuvo ubicada la llamada Puerta de la Villa, una de las cuatro que daban nobleza a la villa.
De todos los hoteles que se nombrán en el artículo..yo solo me alojé en uno de ellos. El Peñablanca, al que llamabamos el Hostal, y que mi familia frecuentaba mucho, pues eran amigos de los propietarios…Y concretamente me hospedé en el mismo con mi abuela unos diás antes de casarme.
Si bien, coincido con usted, bueno con su verso, en que si me dieran ahora a elegir…sin duda escogería el Miramar…Y no solo por que en el pasaba los veranos, entre otras personalidades, Fernando Vela, mano derecha de Ortega y Gasset….de cuya nieta tengo la suerte de ser amiga…Sino porque tiene vistas al faro, la Tijerina y el puerto…Yo no podría pedir más…Bueno solo una cosa..que no viene a cuento que mencione..
Cuando vayas para Llanes
de turismo a visitar
alojarse en una casa
es una vulgaridad
habiendo establecimientos
como el altivo Crumar
que es un hotel de altos vuelos
con siete puertas …o mas.
Te recibe allí Cucú
que en verdad es Mari Cruz
pero gusta que la llamen
por su nombre en andaluz
tras pasar por recepción
se discute la cuestión
que yo quiero mi balcon
hacia la calle mayor
que no ….dice Mari Cruz
esto no va como quieres
voy a darte habitación
con balcón a Mercaderes.
Tras bajar a recepción
aparece María Pría
que se ofrece acompañarte
a enseñar la cofradía,
luego el puerto, a Doña Maiche
que se pasa allí la vida
después sube que te sube
hasta la iglesia de guía
cuando vuelves al Crumar
no pienses ya en descansar
pues Cucú quiere que sigas
por Llanes de romería.
Si buscas tranquilidad
yo te digo mi consejo
deja el Crumar donde esta
y alojate sin dudar
en el hotel Miramar.